Muchas veces, utilizamos frases o expresiones que, sin ser conscientes de ello, pueden ser discriminatorias. Estas palabras pueden perpetuar estereotipos y prejuicios que afectan a comunidades enteras. Por eso, es importante reflexionar sobre nuestro lenguaje cotidiano y ser conscientes del impacto que nuestras palabras pueden tener. En este artículo, hablaremos sobre algunas de las frases discriminatorias más comunes que usamos sin pensar y cómo podemos evitarlas para promover un lenguaje inclusivo y respetuoso.

Frases discriminatorias que decimos sin pensar:

Felizmente, ¡no se le nota mucho!

Es una de las más utilizadas. Pensamos que las discapacidades tienen una cara que los identifica y si no se nota, es mejor. La realidad es que todas las personas tenemos nuestros rasgos y características distintas.

Lo bueno es que no son como los otros, como ella o él.

Comparar es humano, pero es importante reconocer la diversidad de habilidades y fortalezas de cada uno. Todas las personas merecen igualdad de oportunidades.

Debe recibir una Educación Especial.

La expresión “especial” a menudo se ha utilizado en un contexto condescendiente o paternalista, y sugiere que las personas con discapacidad necesitan una consideración especial o tratamiento especial por parte de los demás.

Cuando veo niños así, le doy gracias a Dios porque mis hijos están sanos.

Esta frase ubica a las personas con discapacidad en un grupo distinto. La discapacidad no implica necesariamente una falta de salud, y usar el término «sanas» puede sugerir que no son saludables o que su discapacidad es una enfermedad que necesita ser curada.

¿Conoces algún otro ejemplo? ¡Cuéntanos en los comentarios!