Doulas inclusivas: Asistencia en partos de personas con discapacidad física, sensorial o neurodivergente
El derecho a un parto digno y acompañado para todas las personas
El embarazo, el parto y el posparto son experiencias únicas que implican múltiples dimensiones físicas, emocionales y sociales. Cuando una persona gestante tiene una discapacidad física, sensorial o neurodivergente, puede enfrentar barreras adicionales que impactan en su acceso a un parto respetado y en condiciones de igualdad.
En este contexto, el acompañamiento de doulas inclusivas emerge como una herramienta valiosa para promover el ejercicio pleno de derechos, ofrecer apoyo emocional y práctico, y colaborar en la reducción de los obstáculos que aún persisten en los sistemas de salud.
Las doulas inclusivas no reemplazan al equipo médico, sino que complementan el cuidado brindando contención, información accesible y acompañamiento centrado en las necesidades de cada persona.
¿Qué es una doula inclusiva?
Una doula es una persona formada para brindar apoyo emocional, físico e informativo antes, durante y después del parto. Su acompañamiento se basa en el respeto por las decisiones de la persona gestante, proporcionando herramientas que le permitan vivir el proceso de forma segura, informada y empoderada.
Cuando hablamos de doulas inclusivas, nos referimos a aquellas que incorporan una perspectiva de discapacidad en su formación y práctica. Esto implica conocer las particularidades que pueden atravesar las personas con discapacidad física, sensorial o neurodivergente durante el embarazo, el parto y el puerperio, así como las barreras que podrían encontrar dentro del sistema de salud.
La doula inclusiva no solo acompaña el proceso fisiológico, sino que también trabaja para garantizar que la persona gestante reciba información accesible, pueda comunicar sus necesidades y cuente con un entorno respetuoso de sus derechos y preferencias.
Barreras que enfrentan las personas con discapacidad durante el parto
Las personas gestantes con discapacidad pueden experimentar múltiples obstáculos, tanto físicos como actitudinales, dentro de los sistemas de salud. Algunos de los desafíos más comunes incluyen:
Dificultades de accesibilidad física en consultorios, salas de parto o áreas de internación. Camillas demasiado altas, salas sin espacio para dispositivos de asistencia o dificultades para el traslado seguro pueden generar tensiones innecesarias.
Falta de comunicación accesible para personas con discapacidad auditiva, visual o con desafíos en la comunicación verbal. La ausencia de intérpretes de lengua de señas, materiales en braille o sistemas aumentativos de comunicación limita el acceso a la información.
Sesgos y prejuicios por parte de profesionales de la salud que dudan de la capacidad de las personas con discapacidad para gestar, parir o ejercer la crianza. Estos estigmas pueden derivar en decisiones paternalistas o en intervenciones médicas no consensuadas.
Sobrecarga sensorial para personas neurodivergentes. La intensidad de luces, sonidos, rutinas médicas rígidas o entornos altamente estimulantes pueden generar angustia o crisis durante el trabajo de parto.
Todas estas barreras afectan el derecho a un parto respetado y pueden aumentar la ansiedad, el miedo y la sensación de vulnerabilidad de la persona gestante.
¿Cómo contribuye el trabajo de una doula inclusiva?
La labor de la doula inclusiva se centra en anticipar, prevenir y reducir estas barreras. Su acompañamiento puede incluir:
Brindar información adaptada a las necesidades de comunicación de la persona gestante, utilizando materiales visuales, lenguaje claro o herramientas de apoyo a la comprensión.
Acompañar en el diálogo con los equipos médicos para garantizar que se respeten las decisiones de la persona gestante, facilitando la comunicación cuando sea necesario.
Anticipar los estímulos sensoriales del entorno hospitalario y proponer estrategias de autorregulación o modificaciones simples que ayuden a generar mayor comodidad.
Ofrecer contención emocional continua, validando los miedos, inquietudes y emociones que puedan surgir a lo largo del proceso.
Fomentar la autonomía de la persona gestante, reconociendo su capacidad de tomar decisiones informadas sobre su propio cuerpo y proceso de parto.
Actuar como puente con el entorno familiar, fortaleciendo las redes de apoyo durante el embarazo, el parto y el puerperio.
La necesidad de una formación con perspectiva de inclusión
Para que el acompañamiento sea realmente inclusivo, es fundamental que las doulas reciban formación específica en discapacidad. Esto implica comprender las particularidades de cada condición, pero también despojarse de prejuicios capacitistas, evitando asumir que la discapacidad limita la capacidad de tomar decisiones o de experimentar el parto de forma plena.
Una doula inclusiva debe reconocer la diversidad de trayectorias y ofrecer un acompañamiento centrado en la persona, no en la condición. Cada embarazo es único, y cada persona requerirá apoyos diferentes según su historia, necesidades y preferencias.
El derecho a elegir acompañamiento
Contar con el acompañamiento de una doula inclusiva es, en muchos casos, una herramienta que permite ejercer con mayor libertad el derecho al parto respetado. Sin embargo, es importante destacar que esta decisión siempre corresponde a la persona gestante. La doula acompaña, informa y sostiene, pero no interviene en los aspectos médicos ni sustituye las decisiones clínicas.
El acompañamiento respetuoso también implica respetar los tiempos, los límites y las decisiones de la persona que atraviesa el proceso de gestación.
Hacia un modelo de cuidados más accesible e inclusivo
Garantizar el acceso a doulas inclusivas forma parte de una estrategia más amplia de accesibilidad y derechos reproductivos. Los sistemas de salud deben avanzar en:
Eliminación de barreras físicas y comunicacionales en los servicios de salud sexual y reproductiva.
Capacitación de los equipos de salud en discapacidad, perspectiva de derechos y atención centrada en la persona.
Reconocimiento formal del rol de las doulas y regulación de su incorporación en los servicios de salud.
Creación de redes de formación específica en acompañamiento inclusivo, accesible y respetuoso para profesionales del ámbito perinatal.
¿Conoces experiencias o reflexiones sobre acompañamientos inclusivos durante el embarazo y el parto? Te invitamos a compartir tus comentarios. Lee nuestro artículo: Discapacidad y salud menstrual: cómo afecta y qué barreras persisten en el acceso a productos e información

