Microacciones que generan inclusión real en el día a día laboral

Microacciones que generan inclusión real en el día a día laboral

Cuando se habla de inclusión laboral, muchas veces se piensa únicamente en políticas corporativas, grandes programas o campañas institucionales. Sin embargo, los cambios más significativos y sostenibles suelen comenzar con gestos cotidianos, sutiles pero poderosos. Las microacciones inclusivas son pequeñas decisiones o comportamientos que, repetidos de forma constante, transforman profundamente los espacios de trabajo.

¿Qué son las microacciones inclusivas?

Son conductas diarias que promueven la participación equitativa de todas las personas, especialmente aquellas que históricamente han enfrentado barreras como las personas con discapacidad. No requieren grandes presupuestos ni cambios estructurales inmediatos, pero sí implican conciencia, empatía y compromiso.

Estas acciones ayudan a construir una cultura organizacional que valora la diversidad como una fortaleza, y generan confianza entre los equipos.

Ejemplos de microacciones que hacen la diferencia

Usar lenguaje inclusivo y respetuoso

Evitar expresiones capacitistas, estigmatizantes o condescendientes (como “sufre de…” o “padece”) y preferir expresiones neutras como persona con discapacidad o persona usuaria de silla de ruedas. Escuchar cómo cada persona se nombra es una señal de respeto.

Validar canales de comunicación accesibles

Asegurarse de que la información importante no solo se transmita oralmente en reuniones, sino también por escrito, en formatos accesibles para todas las personas. Esto incluye subtitular videos, evitar jerga técnica innecesaria o utilizar textos con contraste adecuado.

Preguntar antes de ayudar

En lugar de asumir lo que otra persona necesita, una simple pregunta como “¿Te gustaría que te acompañe?” o “¿Quieres que te dé una mano con esto?” evita suposiciones y respeta la autonomía.

Fomentar el respeto por los espacios accesibles

Pequeñas acciones como no bloquear rampas, no usar baños accesibles si no se requieren o no ocupar lugares reservados en reuniones demuestran consideración y compromiso con la accesibilidad.

Ser flexible con tiempos y formas de trabajo

Entender que no todas las personas rinden igual en los mismos horarios o contextos. Aceptar propuestas de trabajo remoto, horarios adaptados o pausas programadas puede significar una diferencia enorme para quienes viven con una condición de salud o discapacidad.

Visibilizar sin exponer

Promover historias de inclusión dentro del equipo respetando la privacidad y el consentimiento. Celebrar los logros sin convertir a nadie en “caso inspirador” es clave para evitar el capacitismo.

Ceder la palabra

Dar espacio en reuniones a quienes no siempre lo tienen. Preguntar activamente si alguna persona quiere sumar su perspectiva, especialmente si no suele intervenir, promueve la participación equitativa.

¿Por qué son importantes estas microacciones?

Porque comunican valores. Porque hacen sentir a las personas que pertenecen. Porque ayudan a prevenir barreras antes de que se conviertan en problemas. Porque cuando se convierten en hábitos, impactan más que cualquier discurso institucional.

Las microacciones no reemplazan a las políticas inclusivas, pero las sostienen. Son la base cultural sobre la que se construyen los cambios estructurales.

Un camino colectivo

La inclusión laboral no depende solo del área de Recursos Humanos. Cada persona dentro de una organización puede contribuir desde su rol con pequeñas acciones. Una cultura verdaderamente inclusiva se construye cuando todas las personas asumen un compromiso activo en su día a día.

 

¿Qué microacciones inclusivas te parecen más importantes en tu trabajo? ¿Pusiste alguna en práctica últimamente? Leemos tus experiencias en los comentarios. Te invitamos a leer  nuestro artículo: Transformar los sistemas de cuidados: el desafío urgente hacia sociedades más inclusivas y sostenibles

La importancia del lenguaje: ¿Cómo referirse a una persona con discapacidad?

La importancia del lenguaje: ¿Cómo referirse a una persona con discapacidad?

El lenguaje es una herramienta poderosa que no solo nos permite comunicarnos, sino que también refleja nuestra actitud y respeto hacia los demás. Cuando hablamos de personas con discapacidad, es esencial utilizar un lenguaje que sea inclusivo. Por eso, en este artículo te contamos la forma correcta de referirse a las personas que tienen discapacidad y por qué es tan importante.

1. Pon primero a la persona

Una de las pautas clave es utilizar el enfoque de “persona primero”. Esto significa que colocamos a la persona antes de su discapacidad al hablar de ellas. Por ejemplo, decimos “persona con discapacidad” en lugar de “discapacitado”. Esto enfatiza la identidad de la persona antes de su discapacidad y la trata con dignidad.

2. Evita términos despectivos

Es importante evitar etiquetas o términos despectivos que puedan ser hirientes. Evita palabras como “minusválido” o “inválido”, ya que pueden transmitir una visión negativa o de incapacidad.

3. Utilizar términos precisos

Emplea términos precisos que describan la discapacidad de manera objetiva. Por ejemplo, si alguien tiene una discapacidad visual, puedes referirte a ellos como “una persona ciega” o “una persona con discapacidad visual”.

4. Respeta las preferencias individuales

¡No asumas! Siempre es recomendable preguntar a las personas con discapacidad cómo prefieren ser referidas. Algunas personas pueden tener preferencias personales sobre cómo desean que se les describa.

5. Evita términos médicos obsoletos

Algunos términos médicos obsoletos, como “retraso mental”, son considerados ofensivos en la actualidad. Utiliza términos actualizados e inclusivos.

6. Aprende y adaptate

El lenguaje evoluciona con el tiempo, y es fundamental estar dispuesto a aprender y adaptarse. Lo que se considera un lenguaje respetuoso hoy puede cambiar en el futuro. Mantente informado y dispuesto a ajustar tu lenguaje en consecuencia.

Y recuerda: si tienes dudas sobre cómo referirte a una persona con discapacidad, no dudes en preguntar. Escuchar y aprender de la comunidad de personas con discapacidad es fundamental. El diálogo y el aprendizaje continuo son clave para construir un futuro más inclusivo.

Para más información sobre el tema, puedes consultar la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU.

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