Políticas públicas y compromiso social: el camino hacia un sistema de cuidados inclusivo

Políticas públicas y compromiso social: el camino hacia un sistema de cuidados inclusivo

Un nuevo marco para el cuidado

El Policy Paper “Transformar los sistemas de cuidados” de la ONU plantea un llamado urgente a redefinir la manera en que concebimos y organizamos el cuidado. El documento sostiene que este no puede seguir siendo visto como una cuestión privada, relegada al ámbito doméstico, sino como un pilar fundamental para el bienestar de las personas y el desarrollo económico y social.

Esta visión implica reconocer que el cuidado es un derecho humano y, al mismo tiempo, una responsabilidad compartida entre el Estado, el sector privado, las comunidades y las familias. Solo así se puede garantizar que todas las personas, en todas las etapas de su vida, tengan acceso a servicios de calidad y adaptados a sus necesidades.

El papel del Estado en la garantía del derecho al cuidado

Uno de los ejes centrales del documento es el rol del Estado como garante principal del cuidado. Esto implica desarrollar marcos legales que reconozcan explícitamente este derecho, destinar recursos públicos suficientes para financiar los servicios, y establecer estándares de calidad y mecanismos de control que aseguren su cumplimiento.

El cuidado, para ser efectivo, debe ser accesible, asequible y universal. Esto significa eliminar las barreras físicas, económicas y sociales que hoy impiden que muchas personas puedan recibir la atención que necesitan.

Empresas y sector privado: aliados estratégicos

El sector privado también tiene un papel importante que desempeñar en la construcción de sistemas de cuidados inclusivos. El documento destaca que las empresas pueden contribuir ofreciendo beneficios como licencias de cuidado, horarios flexibles, guarderías en el lugar de trabajo o subsidios para servicios externos.

Estas medidas no solo favorecen el bienestar de los trabajadores, sino que también mejoran la productividad, reducen la rotación de personal y fortalecen la imagen corporativa como organización comprometida con la igualdad y la inclusión.

Comunidades y redes de apoyo

El cuidado no se limita a los servicios formales. Las comunidades y redes de apoyo juegan un papel fundamental, especialmente en contextos donde los recursos públicos o privados son limitados. El documento reconoce la importancia de fortalecer estas redes, dotándolas de herramientas, capacitación y respaldo para que puedan complementar de manera efectiva los servicios institucionales.

Este enfoque comunitario es clave para llegar a zonas rurales o alejadas, donde la infraestructura y los servicios formales son escasos.

La corresponsabilidad como principio rector

Uno de los conceptos más potentes que presenta el policy paper es el de corresponsabilidad. El cuidado no puede recaer desproporcionadamente sobre un solo grupo, como históricamente ha ocurrido con las mujeres. Para lograr una distribución justa, es necesario que hombres y mujeres participen de manera equitativa en las tareas de cuidado en el hogar, y que las instituciones públicas, las empresas y las comunidades asuman también su parte de la responsabilidad.

Este cambio cultural es tan importante como las reformas legales y las inversiones económicas, ya que sin corresponsabilidad real cualquier sistema de cuidado corre el riesgo de perpetuar las desigualdades de género.

Profesionalización y dignificación del trabajo de cuidados

El personal que trabaja en el sector de cuidados es el motor del sistema, y su situación laboral define en gran medida la calidad del servicio. El documento insiste en que estos trabajadores y trabajadoras deben contar con condiciones dignas, protección social, salarios justos y oportunidades de formación continua.

Profesionalizar el cuidado no solo mejora la atención que reciben las personas usuarias, sino que también convierte este sector en una fuente estable de empleo formal, contribuyendo al desarrollo económico local y nacional.

Accesibilidad y adaptación a la diversidad

El acceso universal al cuidado solo es posible si los servicios se diseñan para atender la diversidad de necesidades de la población. Esto incluye a personas con discapacidad, personas mayores y quienes requieren apoyos temporales o permanentes.

La ONU subraya que la accesibilidad debe ser transversal: desde la infraestructura física hasta los formatos de comunicación, pasando por la disponibilidad de intérpretes y la incorporación de tecnologías que faciliten la autonomía y la participación.

Monitoreo, evaluación y mejora continua

Para que las políticas de cuidado sean efectivas, deben estar acompañadas de sistemas de información y evaluación que permitan medir su impacto y realizar ajustes. El documento resalta la importancia de recopilar datos desagregados, que incluyan variables como género, edad, discapacidad y ubicación geográfica, para garantizar que las soluciones respondan a las necesidades reales de todos los grupos.

Un compromiso que requiere acción colectiva

Transformar los sistemas de cuidado requiere de la colaboración activa del Estado, el sector privado, las comunidades y la ciudadanía en general. El Policy Paper de la ONU ofrece una hoja de ruta clara: reconocer el cuidado como un derecho, garantizar su acceso universal, dignificar el trabajo de quienes lo brindan y promover la corresponsabilidad como principio rector.

El cuidado es, al mismo tiempo, una inversión social y económica. Invertir en él significa construir sociedades más justas, igualitarias y sostenibles, donde todas las personas puedan vivir con dignidad y desarrollar su potencial.

 ¿Qué medidas crees que deberían implementarse para garantizar un sistema de cuidados inclusivo en tu país?
¿Has visto ejemplos de corresponsabilidad que funcionen?

Déjalo en los comentarios y sigamos construyendo juntos un futuro con cuidado para todos.

Fuente: ONU – Policy paper Transformar los sistemas de cuidados (2024). Disponible en: https://www.un.org/es

Políticas públicas y compromiso social: el camino hacia un sistema de cuidados inclusivo

Cuidado, igualdad y sostenibilidad: cómo un sistema inclusivo transforma vidas

El cuidado como base para sociedades justas

El Policy Paper “Transformar los sistemas de cuidados” de la ONU deja claro que sin cuidado no hay desarrollo sostenible. El trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado, es fundamental para el bienestar de las personas, el funcionamiento de la economía y la cohesión social.

Sin embargo, este trabajo sigue estando desigualmente distribuido, recayendo mayoritariamente en mujeres y niñas, y muchas veces sin remuneración ni reconocimiento. A esto se suma que los servicios de cuidado existentes, cuando existen, suelen ser insuficientes, costosos o poco accesibles para quienes más los necesitan.

Una carga desigual que frena oportunidades

El documento señala que la carga de cuidado desproporcionada limita el acceso de las mujeres al empleo, la educación y la participación social y política. En paralelo, las personas que requieren apoyos, como las personas con discapacidad o las personas mayores, enfrentan barreras para su autonomía y participación plena.

Esto genera un círculo vicioso: las familias con mayores responsabilidades de cuidado tienen menos ingresos y menos tiempo, lo que perpetúa la pobreza y la desigualdad.

Inclusión de las personas con discapacidad en el cuidado

El policy paper es claro al destacar que la accesibilidad es un componente central de cualquier sistema de cuidados inclusivo. Esto implica:

    • Servicios adaptados a diferentes tipos de discapacidad.
    • Infraestructuras físicas accesibles.
    • Información y comunicación en formatos adecuados, como lectura fácil, braille o interpretación en lengua de señas.
    • Participación activa de las personas con discapacidad en el diseño y evaluación de políticas y programas de cuidado.

Cuando los servicios no contemplan estas adaptaciones, se generan nuevas barreras que profundizan la exclusión.

El cuidado como derecho y responsabilidad compartida

La ONU plantea que el cuidado debe reconocerse como un derecho humano universal, no como una responsabilidad individual de las familias. Esto significa que:

    • El Estado debe garantizar servicios accesibles, asequibles y de calidad.
    • El sector privado puede y debe contribuir con políticas laborales flexibles y beneficios de cuidado.
    • Las comunidades y redes de apoyo tienen un rol en la corresponsabilidad.
    • En los hogares, el cuidado debe distribuirse equitativamente entre todos sus miembros, sin distinción de género.

Cuidado y sostenibilidad

El documento vincula directamente la transformación de los sistemas de cuidados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Invertir en cuidados y garantizar su acceso universal contribuye a:

    • Reducir la pobreza (ODS 1).
    • Lograr igualdad de género (ODS 5).
    • Garantizar trabajo decente (ODS 8).
    • Reducir desigualdades (ODS 10).
    • Promover ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11).

El cuidado es, por tanto, un pilar transversal que refuerza múltiples metas de la agenda global.

Profesionalizar y dignificar el trabajo de cuidados

El documento subraya que no habrá servicios de calidad sin trabajadores de cuidados bien formados, protegidos y valorados. Esto incluye:

    • Formalización del empleo.
    • Acceso a seguridad social.
    • Capacitación continua.
    • Salarios justos.
    • Reconocimiento de la labor como trabajo esencial.

La profesionalización no solo mejora la calidad del servicio, sino que también fortalece la estabilidad laboral de quienes cuidan.

El papel de la tecnología

El policy paper menciona que las soluciones tecnológicas y digitales pueden facilitar el acceso y la eficiencia en los sistemas de cuidado. Ejemplos incluyen:

    • Plataformas de coordinación de servicios.
    • Teleasistencia para personas mayores o con discapacidad.
    • Sistemas de registro y seguimiento de planes de cuidado.

Pero advierte que estas herramientas deben ser accesibles y no reemplazar la atención humana donde sea necesaria.

Una visión integral

La ONU llama a adoptar una visión de cuidado que:

    • Sea universal y basada en derechos.
    • Reconozca y reduzca las desigualdades de género.
    • Integre la accesibilidad como principio básico.
    • Combine políticas públicas, inversión privada y participación comunitaria.
    • Mida y evalúe su impacto con datos desagregados.

Solo así el cuidado puede convertirse en un verdadero motor de igualdad y sostenibilidad.

Transformar el cuidado es transformar la sociedad

Garantizar un sistema de cuidados inclusivo, accesible y sostenible no es solo un acto de justicia social, es una inversión en bienestar colectivo y en el futuro económico de cada país. Las medidas propuestas por la ONU muestran un camino claro: pasar del reconocimiento del problema a la implementación de soluciones integrales.

¿Qué servicio de cuidado es más urgente en tu comunidad?
¿Has visto ejemplos de políticas inclusivas que funcionen bien?


Compártelo en los comentarios y sumemos ideas para lograr un cuidado sin barreras.

Fuente: ONU – Policy paper Transformar los sistemas de cuidados (2024). Disponible en: https://www.un.org/es

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Configurar y más información
Privacidad