Para comprender completamente la importancia de contar con una infraestructura inclusiva en las ciudades, es esencial primero definir el concepto de Diseño Universal.
Según Ron Mace (1941-1994), creador del término, el Diseño Universal busca promover el desarrollo de productos atractivos y funcionales, que sean utilizables por todas las personas, sin importar sus capacidades o habilidades. Se enfoca en diseñar soluciones de construcción y objetos que respondan a las necesidades de una amplia gama de usuarios, tal como indica la Corporación Ciudad Accesible en su publicación de 2012.
El concepto de Diseño Universal se fundamenta en siete principios básicos:
- Igualdad de uso: “El diseño debe ser fácil de usar y adecuado para todas las personas, independientemente de sus capacidades y habilidades.”
- Flexibilidad: “El diseño se adapta a una amplia gama de capacidades individuales.”
- Uso simple y funcional: “El funcionamiento del diseño debe ser fácil de entender.”
- Información comprensible: “El diseño debe comunicar la información necesaria al usuario, incluso si tiene una alteración sensorial, utilizando diferentes formas de información (gráfica, verbal, táctil).”
- Tolerancia al error: “El diseño minimiza los peligros y consecuencias adversas de acciones accidentales o involuntarias, organizando los elementos para reducir los riesgos y errores.”
- Bajo esfuerzo físico: “El diseño debe permitir su uso eficiente y cómodo con un mínimo de esfuerzo físico, permitiendo al usuario mantener una posición neutral del cuerpo durante su uso.”
- Espacio y tamaño para el acercamiento y uso: “Es esencial contar con espacios de tamaño adecuado para la aproximación, alcance, manipulación y uso, sin importar el tamaño, postura o movilidad del individuo.”
Incorporar los criterios del Diseño Universal en las construcciones de las ciudades es fundamental. Gracias a estos principios, cada vez hay más infraestructuras accesibles para todas las personas, considerando su diversidad y situación particular. El diseño y construcción de infraestructuras inclusivas permiten que aquellas personas con discapacidad accedan a estos espacios sin mayores complicaciones.
Sin embargo, a pesar de la existencia de este concepto y de diversas medidas destinadas a promover la accesibilidad, todavía hay infraestructuras que no son completamente accesibles. Por ejemplo, existen edificios que no permiten el acceso a personas en silla de ruedas o calles que carecen de señalización inclusiva, como semáforos con señales audibles o veredas con suelos podotáctiles que guían y brindan indicaciones de seguridad a personas con discapacidad visual.
Esto plantea una pregunta crucial: si el Diseño Universal es un principio reconocido, ¿por qué aún se construyen edificaciones que no son 100% accesibles? La respuesta radica en gran parte en el bajo nivel de conocimiento sobre este concepto, tanto en la población general como en los profesionales que diseñan y construyen infraestructuras y servicios. Informar, concientizar y capacitar sobre el Diseño Universal es primordial para lograr una ciudad más inclusiva que respete la diversidad y singularidad de cada persona y, en especial, garantice el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad.

