¿Con qué frecuencia se asocia la palabra “accesibilidad” con términos como “gasto”, “cumplimiento legal” o, quizás, “carga operativa”? Existe una narrativa profundamente arraigada en el mundo empresarial que posiciona las inversiones en diseño inclusivo y adaptaciones como obligaciones costosas, destinadas principalmente a evitar litigios o a cumplir con un mínimo ético. Esta perspectiva, sin embargo, ignora una verdad económica sorprendente y contra-intuitiva que emerge de las investigaciones recientes: la accesibilidad es una de las estrategias de crecimiento y rentabilidad con mayor Retorno de Inversión (ROI) disponible para las empresas globales.

El costo de la inacción y la oportunidad que se pierde al subestimar el mercado de la discapacidad son colosales. La comunidad global de personas con discapacidad, junto con sus familias y amigos cercanos, conforma un poder adquisitivo anual estimado en 13 billones de dólares (The 2024 Global Economics of Disability Report) . Este es un mercado gigantesco y, sin embargo, sigue estando en gran medida desatendido y subestimado por la mayoría de las empresas globales. La creencia de que la accesibilidad es un nicho es un error estratégico.

La cifra sorprendente: Por cada dólar, nueve vuelven a la caja registradora

La conclusión más impactante que desafía directamente la noción de que la accesibilidad es una “deuda” es el análisis económico de su rentabilidad. Una investigación de Forrester de 2018, nestima que por cada dólar gastado en características de accesibilidad y diseño inclusivo, las empresas obtienen un retorno de ingresos promedio de más de nueve dólares. Un retorno de 9 a 1 en una inversión operativa es una estadística que debería hacer que cualquier ejecutivo de alto nivel se siente y preste atención. Esto eleva la accesibilidad de una función de cumplimiento reactivo a un motor clave de expansión del mercado.

Este altísimo ROI se explica porque la accesibilidad impulsa la satisfacción del cliente y la lealtad de marca. El estudio global de Valuable 500 encontró que el 74% de las personas con discapacidad encuestadas prioriza la compra de un producto o servicio por su accesibilidad. Si un producto o servicio es inherentemente accesible, no solo atrae a los 1.300 millones de personas con discapacidad en todo el mundo, sino que asegura que permanezcan comprometidas y leales a las marcas. 

El costo oculto de la inaccesibilidad

Mientras la inversión proactiva genera nueve dólares por cada uno invertido, la inacción tiene un precio escalofriante. El costo de la inaccesibilidad es real y tiene consecuencias perjudiciales tanto para las empresas como para las personas usuarias.

Consideremos las ramificaciones económicas de la frustración del consumidor: el 71% de las personas con discapacidad afirma haber abandonado un sitio web debido a barreras excesivas. Esta “fuga” silenciosa tiene un impacto directo en las pérdidas de ingresos. Solo en el Reino Unido, se estima que las empresas pierden alrededor de 17 mil millones de libras esterlinas anualmente simplemente por no adaptarse a las personas con discapacidad. Otros estudios sugieren que mejorar la accesibilidad de los sitios de e-commerce para los usuarios con discapacidad podría generar 420 millones de libras esterlinas en nuevos ingresos para las empresas británicas.

Del cumplimiento reactivo a la cultura proactiva

El verdadero truco reside en el cambio de mentalidad, pasando de un enfoque “legal” o “reactivo” a una “cultura de accesibilidad” proactiva.

Cuando las empresas adoptan un enfoque proactivo, incorporando la accesibilidad por diseño desde las etapas iniciales de desarrollo de productos, servicios y comunicaciones, logran dos beneficios cruciales:

  1. Ahorro de tiempo y costos: Evitan el proceso largo y costoso de tener que reajustar o remediar un producto inaccesible una vez que ya está en el mercado.
  2. Innovación Amplificada: La accesibilidad no está dirigida solo a un “mercado de nicho”; está abriendo las organizaciones a una base de clientes de más de 1.300 millones de personas. Cuando se diseña para las necesidades más complejas, se innova de manera que beneficia a todos, un concepto de diseño universal. 

La evidencia es clara: ignorar la accesibilidad es una estrategia empresarial autodestructiva que ignora un capital masivo. El mercado de la discapacidad exige ser contado, y las empresas que respondan con una cultura de accesibilidad proactiva serán las que cosechen los mayores beneficios comerciales y sociales. Si el diseño accesible es el motor de crecimiento con uno de los mejores ROI conocidos, ¿por qué todavía la mayoría de las empresas lo relega a una función de cumplimiento tardío en lugar de una inversión prioritaria?

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