La fuerza de un padre que no se rinde

Sin lugar a dudas esta es una de las historias mas emocionantes, en el mundo hay seres extraordinarios que nos sorprenden con sus hazañas, este es el caso del equipo Hoyt. Conformado por Dick Hoyt y su hijo Rick Hoyt.

Rick tiene una discapacidad adquirida, nació con el cordón umbilical alrededor del cuello, de tal forma que su cerebro se quedó sin oxigeno un momento. Los médicos le comunicaron que no habría posibilidades de desarrollo para el bebe.

Contrariamente a lo que dijo el doctor, cuando Rick cumplía cinco años sus padres estaban convencidos que el era tan inteligente como sus demás hermanos. En ese momento decidieron hacer de su vida lo mas normal posible y empezó la lucha por conseguir un colegio que lo acepte.

La tecnología ayudo a Rick a comunicarse y transmitir su amor por el deporte. Unos años después participo en una carrera con su padre a favor de los discapacitados, Después de la carrera Rick comenta que cuando estaba corriendo (su padre corría empujando su silla de ruedas) no se sentía un minusválido sino un competidor.

Esto marca el comienzo de este equipo en carreras de competición, el Equipo Hoyt.

Padre e hijo participando en maratones y triatlones.

Otros logros de Dick, además de los deportivos, incluyen su ingreso a la Universidad de Boston, de donde se graduó en 1993 con un grado en educación especial. A eso le siguió, unas semanas después, el ingreso a otra maratón en Boston. “El día de la maratón de Boston, en el camino había gente con letreros que decían: Felicidades por tu graduación!!!”
Dick obtuvo algo más de todo esto también. Hace 2 años sufrió un ataque al corazón, no muy severo, durante una carrera. Los médicos encontraron que una de sus arterias estaba 95% obstruida. “Si no hubieras estado en tan excelente forma,” le dijo uno de los Médicos que lo atendía, “probablemente hubieras muerto hace 15 años.” Entonces, de alguna manera, Dick y Rick se salvaron uno al otro.

Rick, quien tiene su propio apartamento, y trabaja en Boston, y Dick, retirado y que vive en Holland, Mass., siempre encuentran la manera de encontrarse y estar juntos. Dan charlas y conferencias por todo el país y compiten en una que otra carrera los fines de semana, incluyendo por supuesto, este día del padre. Esa noche, Rick le obsequió a su padre la cena, pero lo que realmente quería darle era un regalo que nunca podrá comprar. La cosa que más quiero en el mundo”Es que mi padre Se siente en mi silla y que yo lo empuje aunque sea una vez…

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